28/8/09

Menos mal

¡Adivinanza! Son como un libro, como el libro que lees y durante unos días dejas sin abrir: sigue estando cerca, pero evitas pasar sus páginas. A cambio, hojeas otros... Respuesta, ¿las vacaciones? (no todas, no una cualquiera, sí las que duren lo que duren son realmente únicas).

De miércoles de una a jueves de la siguiente. Una semana a las puertas de Galicia
, desde Sanabria hasta el norte de Portugal. Me ahorraré los detalles. Compañera secundaria ha vuelto a ser una vieja, grande y manoseada edición de “Viaje a Portugal”, escrito va para seis lustros por José Saramago, con traducción de Basilio Losada y fotografías de Maurício Abreu (Círculo de Lectores, 1987). El libro no es guía, sino historia de la experiencia de un viajero.

Hoy, el día después, reconforta releer sus últimas líneas, a modo de epílogo de la semana que pasó: “El fin de un viaje es sólo el inicio de otro. Hay que ver lo que no se ha visto, ver otra vez lo que ya se vio, ver en primavera lo que se había visto en verano, ver de día lo que se vio de noche, con el sol lo que antes se vio bajo la lluvia, ver la sembradura verdeante, el fruto maduro, la piedra que ha cambiado de lugar, la sombra que aquí no estaba. Hay que volver a los pasos ya dados, para repetirlos y para trazar caminos nuevos a su lado…”.

O, mejor, quiero que sea prólogo del tiempo que vendrá: “Hay que iniciar de nuevo el viaje. Siempre. El viajero vuelve al camino.”.

[jfgras. Menos mal que nos queda Portugal. 2009]

18/8/09

El afilador

El afilador ha venido hoy a mi calle. No sé si lo hace a menudo, no es normal que me quede en casa a estas horas; preguntaré a las vecinas. Sólo lo he oído, haciendo sonar su flautilla inconfundible. He imaginado al afilador en su bicicleta, que un día fue revolucionaria. Y no, no maldigo los nuevos electrodomésticos, sino la desmemoria.

["El afilador"]

15/8/09

Masiá

Los cursos son otros clásicos del verano, junto a los incendios provocados y las lecturas pendientes. Lo que en ellos se expone suele pasar desapercibido fuera de aulas o palacios, aunque hay excepciones.

“Es muy típico en nuestro país que sólo haya grupos provida y antivida” es la reflexión que Juan Masiá Clavel ha dejado en Santander. Es muy típico, en efecto, que partamos por la mitad los debates (y, ya puestos, las españas). El jesuita Juan Masiá
fue desposeído en 2006 de su cátedra en la Pontificia de Comillas, a causa de unas declaraciones sobre los anticonceptivos que no gustaron al Vaticano. Ahora es profesor de Ética en la Universidad de Sophia. La universidad privada de Sophia está en Tokio, Japón, adonde este hombre regresó para seguir diciendo lo que piensa sobre bioética y sobre lo que le place. Masiá ha participado en un curso de verano de la U.I.M.P. en Santander, dirigido por el doctor Luis Montes. El todavía jesuita firma que es compatible –desde una perspectiva religiosa– defender el respeto a la dignidad y solicitar la despenalización de la eutanasia. También denuncia la falta de medios paliativos en las zonas rurales e insiste en recordarnos que no es lo mismo eutanasia y muerte digna: en España “se tiende a polarizar extremos”. A la mínima, ¡ay!, “te acusan de antivida”.

En juanmasiaclavel.blogspot
publica todos los artículos de otro blog que bajo su responsabilidad ha tomado la iniciativa de abandonar: “Vivir y pensar en la frontera”. El título de su última entrada: "Inquisición, S.A." contra el blog de Masiá.

[Juan Masiá, S.J.]

9/8/09

Bascombe

Acabo de releer "Acción de Gracias".

Pensaré si el resto del verano me alcanza para volver a la lectura de la trilogía de Richard Ford, por segunda vez y en el orden vivido por su protagonista, Frank Bascombe: "El periodista deportivo", "El Día de la Independencia" y "Acción de Gracias".

También me tienta leer las cinco obras finalistas del VI Premio "Dulce Chacón" de Narrativa Española 2009, que se fallará en Zafra el 6 de noviembre. Son "Pacífico", de José Antonio Garriga Vela (Anagrama); "Los pozos de la nieve", de Berta Vías Mahou (Acantilado); "Las puertas de lo posible", de José María Merino (Páginas de Espuma); "El país del miedo", de Isaac Rosa (Seix Barral), y "Saber perder", de David Trueba (Anagrama). El 29 de octubre se emitirá el voto popular en un coloquio de presentación, vinculante para la representante del Ayuntamiento en el jurado oficial.

Aunque es claro que el "hestío" todavía puede dar para todas esas lecturas y algunas vivencias más.

Sí, acabo de releer "Acción de Gracias" y Aquí tengo el hecho concluyente: vivir, vivir, sobrevivir.

6/8/09

Afortunadas

Las islas. Conocí Fuerteventura. Desde entonces dejó de ser sólo un espacio mítico sembrado de nidos de antóforas. A continuación, Tenerife: vuelvo al menos cada año al silencio limpio de las Cañadas del Teide. El Hierro es, sencillamente, magia a escala; podría recomendarlo, pero mi egoísmo no me lo permite.

De La Palma he recordado estos días de desgraciados incendios mucho de lo que la isla ha perdido y lo que aún conserva: precisamente en Fuencaliente, nombre propio, emergieron volcánicas en los setenta las tierras más jóvenes de España. Los senderos que surcan La Palma (como venas, diría un pedante), la fuerza de la Caldera de Taburiente y la bendición única de los alisios... Viajé allí en abril de 2006 –tras un aplazamiento provocado por la nevada del 30 de enero de ese año en Zafra–, con el pretexto de un trabajo para asociaciones que hicimos con el Cabildo Insular en Los Llanos de Aridane. La isla, Reserva Mundial de la Biosfera y bonita en las campañas de promoción turística, es de una belleza que no admite tópicos. Ni ella, ni sus gentes.

Es otra isla afortunada, La Palma. Entre otras razones, porque el pino canario crece en sus bosques intactos y volverá a crecer pronto en las tierras devastadas del sur. El pino canario (Pinus Canariensis) es muy resistente al fuego, gracias a la protección especial de su corcho, y tiene la extraordinaria capacidad de rebrotar de su cepa, aunque el árbol haya ardido. Nada será igual en La Palma para quienes han perdido bienes y paisajes. Pongo caras y nombres a personas afectadas. Ojalá la recuperación sea posible y que la fortuna no siga adversa.


[jfgras. Taburiente. 2006]

3/8/09

Arco del Cubo

Pocas veces la recuperación del patrimonio local puede ilustrarse con tan meridiana claridad. El Arco del Cubo, levantado en Zafra desde el siglo XVII en la puerta de Badajoz, al norte de la ciudad, había tenido adosado un inmueble durante décadas: un taller y una vivienda ocultaban parte del torreón y el lienzo de la muralla. Dos generaciones no habíamos conocido otra cara del Cubo, demediado, invadido, víctima de una amputación, ridículamente mocho frente a la iglesia del Rosario que le da sombra. No ha sido ésta una actuación más del plan E, como no lo fue hace tres meses la retirada del obelisco erigido en homenaje al infausto comandante Castejón. Detrás del proyecto de ordenación del entorno del Arco del Cubo hay sin duda un afán colectivo –reconocido por algunos–, la decisión de un gobierno municipal a favor del patrimonio del pueblo y de éste como potencial turístico y motor de desarrollo. Pero hay más. También, primero y sobre todo, el empeño personal de Mª Carmen, concejala y amiga, que con sus gestiones a lo largo de seis años ha hecho posible la foto que acompaña este texto. La entrada, discúlpame, va por ti.

[jfgras. Nuevo Arco del Cubo. 2009]