8/4/12

Dolores

La Semana Santa católica dura más de siete días: se inicia un Viernes de Dolores y casi termina el Domingo de Resurrección. He pensado en el arranque doloroso de la Semana que hoy acaba, escuchando esta mañana en una cadena de radio que "el dolor es imprescindible". En este programa se ha dicho que el dolor físico y el emocional se perciben de manera parecida, porque activan idénticos mecanismos cerebrales; disquisiciones científicas y religiosas aparte, me ha llamado la atención su título, "La mejor alarma". Es el dolor la mejor alarma, para los males físicos y los del alma, los individuales y los colectivos. Podemos –si queremos– sufrir el dolor de quien sufre y alegrarnos con quien se alegra, pero también mirar para otro lado cuando tenemos cerca el dolor o la alegría (y no sentirlos, en una renuncia más o menos consciente a la empatía). Entre las formas de paliar el dolor personal, conviene recordar que la Ley de Muerte Digna no ha visto la luz en España, a pesar de que fue repetidamente anunciada en la pasada legislatura. Y en cuanto a combatir injusticias sociales, causantes de tanto dolor, la exigencia es plantar(les) cara sin miedo. No, no dejemos que nos confundan dolor y miedo... Uno de los participantes en el programa de radio del que escribo ha utilizado una expresión afortunada para explicar cómo ir superando el dolor que provocan situaciones catastróficas: "Convertir en abono el estiércol". Es un buen mensaje para despedir esta semana y saludar a las que vienen.

2 comentarios:

  1. José, estoy leyendo "la civilización empática" de jeremy Rifkin... y aporta muchas reflexiones sobre lo que dices.
    Por cierto, la frase debe ser "Convertir EN abono El estiércol" ¿no?

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  2. Gracias por tu recomendación y tu corrección (palabras que bailan), un beso

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